Los médicos del Hospital de Quilmes entrolados en la CICOP (Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires) continúan con la medida de fuerza que inicaron el sábado 17 de febrero tras la agresión física que sufrió una médica de guardia por parte de un paciente.
«No nos merecemos este maltrato, este nulo reconocimiento ni económico ni moral y menos aun esta falta de protección y seguridad. Este desprecio a nuestro trabajo por la gente que necesita de nuestra atención y por los que nos tienen que brindar las herramientas y el apoyo para hacerlo bien», expresaron a través de una carta pública.
Sólo se limitan a atender el denominado «código rojo» que es la situación por la cual ingresa un paciente en grave estado y su vida corre peligro de muerte.
El lunes pasado referentes de la CICOP, el gremio que nuclea a los médicos, se reunieron con la Dirección del Hospital a quienes le hicieron una serie de planteos para reforzar las medidas de seguridad y garantizar la atención.
En ese momento los directivos se comprometieron a reforzar la seguridad y a coordinar a todos los efectores de salud (Dispensario, UPA, CAPS), para evitar el desborde de la atención en Guardia, ya que la demora en la atención suele ser el principal motivo de conflicto de los pacientes.
Asimismo decidieron esperar hasta la asamblea que se realizó ayer para determinar los pasos a seguir.
Sin embargo, la asamblea se hizo pero ningún directivo del hospital se hizo presente, lo que motivó no sólo la continuidad de la medida de fuerza en la guardia, sino la redacción de un carta en la que expresan lo que están viviendo.
¿Qué dice la carta?
Los principales puntos del documento emitido por la CICOP del Hospital Iriarte de Quilmes
- La salud pública viene tolerando décadas de abandono, en la actualidad se ha convertido en una trampa mortal para los trabajadores y los pacientes.
- Somos los que día a día ponemos la cara ante la demanda creciente de pacientes con patologías cada vez más complejas que dejan al descubierto que el problema de salud va mas allá de lo físico y mental. Se mezcla más que nunca con la realidad social y económica de una sociedad rota, que comenzó a enfermar de a poco y nadie atendió en más de 20 años.
- Convivimos actualmente con el brote de dengue que nos exige organización insumos e infraestructura con la que no contamos y parece que nadie puede gestionar los pocos recursos que hay.
- Somos los que estamos trabajando, tratando de hacer las cosas lo mejor posible, poniendo vocación de servicio siempre y no solo no cobramos bien, sino que estamos desprotegidos aún en nuestro propio lugar de trabajo, con riesgo de perder la vida.
- No nos merecemos este maltrato, este nulo reconocimiento ni económico ni moral y menos aun esta falta de protección y seguridad. Este desprecio a nuestro trabajo por la gente que necesita de nuestra atención y por los que nos tienen que brindar las herramientas y el apoyo para hacerlo bien.